Tras estar mucho tiempo perdido por campos de Segunda, Segunda B e incluso Tercera división, el Córdoba volvió a un campo de Primera, y no aún campo cualquiera, sino al Santiago Bernabeu. Para esta puesta de largo, el equipo no estuvo sólo, y es que entre 5000 y 6000 cordobesistas se trasladaron a la capital de España para apoyar a su equipo, y porqué no, dar la sorpresa a los madridistas.
Lo último no ocurrió, pese a la buena imagen mostrada por el equipo del "Chapi" Ferrer ante los campeones de Europa a quienes encerraron en su campo toda la segunda mitad, pero el apoyo de la grada si estuvo constante antes, durante y después del encuentro.
Después de unas 5 horas de viaje, los primeros cordobeses llegaron a los aledaños del estadio merengue sobre las 13h. Desde entonces, era imposible transitar por cualquier calle de Madrid sin ver camisetas blanquiverdes, algunos en grandes oleadas, y es que se desplazaron incluso familias enteras que no querían perderse la oportunidad de ver el estreno de su equipo en la liga BBVA.
A lo largo de todo el día, los cordobesistas aprovecharon para visitar los monumentos de la capital (algunos incluso visitaron museos como el Thyssen o el Prado), comer, unas cervezas y viajes en metro con el himno cordobesista como banda sonora ante el asombro de los ciudadanos de la ciudad.
Alrededor de las 18h llego el autobús del equipo abriéndose paso ante las mareas blanquiverdes que ya abarrotaban las puertas del Bernabeu al ritmo de "Vamos dale Córdoba, vamos campeón". Media hora más tarde llego el anfitrión, ante los abucheos de los visitantes y los aplausos de su gente.
Posteriormente, las gradas del tercer y cuarto anfiteatro del fondo norte del Santiago Bernabeu fue llenándose de esos 6000 cordobesistas, aunque de manera muy lenta, debido al acoso policial recibido que nos hicieron sentirnos (yo fui uno de ellos) auténticos criminales. Pero la afición demostró el señorío que tiene, de principio a fin.
El himno de la Décima sonaba al inicio del encuentro y tras finalizar éste, las gargantas blanquiverdes entonaron el famoso himno del Córdoba creado por Queco. Simplemente los vellos de punta al ver de nuevo los vídeos de aquel momento.
En definitiva, 2-0 (demasiado castigo tras el pobre juego merengue) y los tres puntos se quedaron en casa sí, pero la ilusión y alegría de ver a su equipo 42 años después en uno de los mejores estadios del mundo, no tiene precio para aquellos 6000 cordobesistas que poco les importó no volver al Arcángel con los tres puntos bajo el brazo.




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