Cómo era de obviar los de Djukic iban a buscar la victoria en casa pero, queda mucho trabajo y tiempo ¡que no hay!
El Córdoba como todos los partidos sale con fuerzas y ganas pero se queda en el intento. Ayer vimos como el equipo depende de un subibaja, un día esta en todo lo alto, y otro en lo más bajo, cosa que no se puede dar, ya que en la tabla está abajo. En la primera mitad vimos a un Córdoba consistente, con un toque brillante que hasta ahora había faltado, pero ayer, también faltó algo, ¿qué fue?
Fede Cartabia, banquillo.
Todos los cordobesistas nos quedamos igual, pero era de pensar, viendo que Cartabia no jugó en San Mamés y el 11 que empleó Djukic funcionó correctamente lo volvería a usar y así fue.
Los minutos del final de la primera parte desastrosos como hasta ahora se daba, unas pérdidas de balón que la regalaban a los levantinos y que ellos sabían usar bien e intentar hacer daño, que por poco lo hace y el balón casi se estampa en las mallas de Juan Carlos.
El Córdoba no se vio en la segunda mitad.
Los locales, como en el final de la primera parte parecía que no sabían jugar, si acabaran como empiezan otro gallo cantaría en el Arcángel.
A Alcaraz se le encogió el pecho y decidió echar a sus jugadores atrás para que ningún balón pasase, como si de los agentes de seguridad se tratase. Llegaron, Eken, Cartabia y Lopez Silva para echar esa muralla abajo.
Un punto más que se suma antes de vernos las caras con un Barca que también viene de empatar con el Getafe.
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